Rozando los treinta y sin trabajo

miércoles, 18 de marzo de 2015

A dios

Hola,
Austero, directo, sincero. Antes de nada, muchas gracias. Ha sido una época muy difícil. Más de dos años que te parí. Más de dos años en mi mente. Y ahora te sigo teniendo en mente, pero de una manera muy distinta. De una manera... bueno... de esa manera en la que ves a una persona que has querido mucho pero te das cuenta que ya no tiene nada que ver con lo que te enfrentas día a día. Con la que no vives el día a día.
No sé muy bien qué ha pasado, o mejor dicho, no sé muy bien por qué ha provocado estos cambios un mero hecho como tener un trabajo, pero lo ha hecho.
Por dentro puede que me siga muriendo, por dentro puede que siga teniendo ese lastre de alquitrán impregnado en mis pulmones o en mi mente o en mi rabo. Puede que así sea, pero veo las cosas diferentes. ¿Una madurez? Espero, de todo corazón que así no sea. Pero sé que ahora hay un camino, o mejor dicho, sé que no hay un camino, pero sé que camino.
Una unión, santo santorum rodea mis vivencias ahora mismo. Y ahí estoy, escuchando música disco, como una mala travesti trasnochada, pensando en que aquí y ahora, no jugamos al mismo juego. No juego al juego del que se supone que es un lienzo en blanco.
No sé que quiero. Puede que no lo sepan nunca. Puede que sigamos todos, como ciegos en un túnel, caminando sin saber si hay luz al final. Pero ahora tengo ganas de caminar. Ganas de caminar con otro paso. Un paso muy diferente a los últimos años. Y en este paso no estás tú, lienzo. No sé quién está. ¿Están los que suponen un reto intelectual? ¿Están los que suponen una referencia de la supervivencia? ¿Están los que te enseñan que ayer no es hoy y que mañana es un desconocido? No lo sé. Pero tampoco me importa.
Estoy yo, viviendo esto. Y punto.
Y ahora digo que esto tiene que acabar. O por lo menos metamorfosear. Y es por ello que os digo:
gracias.
Gracias por estar ahí aunque no lo note.
Gracias por leerme aunque supieseis que tengo más faltas de ortografía que una niño en un examen de lengua.
Y más gracias y mierdas.
Ahora toca otro momento.
Y a eso vamos
A otro momento
Así que ya sabéis.
Allá donde vaya, seguirá mi mierda
Besos sexys y recordad. nadie sabe nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario